jueves, 7 de enero de 2021

La despedida imposible

          A veces no la ves venir. Inesperada. Un destello fugaz, un impacto. Un estrépito de plumas allí donde viven y mueren los pájaros. La carretera de los birdwatching. Desde algún lugar de este páramo helado, camuflado entre el pasto, los ojos amarillos del alcaraván me observan.

         Padre, la muerte está al acecho. Pero tú sí la ves venir. Estás preparado. La esperas. Y yo corro en busca de tus manos imposibles. Hijo, pronto se me acabará la cuerda, me dijiste la última vez que hablamos. Tu reloj sigue dando los minutos, las horas, los días, los meses, los años. Son 93 años, 6 meses,………………….


         Ahora, posado en la mesilla junto a tu cama, como ese alcaraván de ojos amarillos, ya no te importa. Sabes que el tiempo añadido que la vida te conceda no será un regalo. Maldita por siempre esta pandemia que nos roba tus besos, tus últimos abrazos, tus manos. Pero tú no te resistes. Y aceptas la muerte con calma dulce. Luminosa bienvenida de los que allí, en la otra orilla, te aguardan.

         Vete tranquilo, padre. Trabajo hecho no corre prisa. Te sobra reloj y en esa muñeca te falta carne que sujete el tiempo.

         Aquí fuera cae la tarde fría y el cielo se transparenta con espejos de escarcha. Aprovecha el rebaño su buen careo de campanillos mudos que huelen la nieve. Enero carambanero. Traerá la noche cuchillos blancos en su cintura.


         Duérmete, padre. Descansa. Sujetas fuerte la mano de quien te cuida. Tu boca abierta no dice nada que no haya dicho miles de veces: Te quiero. Llévame contigo y, cuando el sol caliente como de más, me sientas a la sombra del almendro en la silla de anea que tenemos a medias, hijo. 

jueves, 17 de septiembre de 2020

haiku


                          

azul y negro
posado en mi cabeza
el arrendajo

   
 

jueves, 16 de abril de 2020

Luis Sepúlveda

    Cattana, escucha con atención esto que hoy vengo a contarte. Es una preciosa historia. Te va a gustar, ya lo verás. También a mis niños en la escuela les encantaba. La leyeron conmigo muchas veces. 
    _ Zequi, ¿Nos pones la peli esa tan bonita del gato y la gaviota?
    _ Primero el libro, luego los dibujitos.

         Se titula  HISTORIA DE UNA GAVIOTA Y DEL GATO QUE LE ENSEÑÓ A VOLAR. 
El autor se llama LUIS SEPÚLVEDA y dice que es una historia para jóvenes de 8 a 88 años.
Este escritor nos ha dejado.
Este escritor nos ha dejado unas obras literarias que son auténticas joyas y a las que siempre podremos acudir. Bálsamo para el alma... Novelas que hablan del amor con palabras tan hermosas que a veces le hacían olvidar la barbarie humana. Así acaba otra de sus novelas, quizás la más famosa. UN VIEJO QUE LEÍA NOVELAS DE AMOR. Mi preferida.


     Bueno, a lo que íbamos, Cattana, que me enrollo como las persianas. Esta historia cuenta las aventuras de ZORBAS, un gato "grande, negro y gordo" que promete criar un polluelo de gaviota. Un polluelo que al principio sólo es un huevo que su madre, atrapada en una ola de petroleo vertido en el mar, acaba de poner antes de morir. 
  No es fácil ser mami. Pero con ayuda de sus amigos  COLONELLO, SECRETARIO, SABELOTODO Y BARLOVENTO no sólo criará a AFORTUNADA sino que  le enseñará a volar. Asunto éste que no es tan fácil como parece.
Verás.... bueno, no. Mejor escucha.
[............]  


    Ya estamos en la última página de la historia, Cattana. Dice así :

[... _Supongo que ahora te estorba mi compañía. Te espero abajo_ se despidió el humano.
       Zorbas permaneció allí contemplándola, hasta que no supo si fueron las gotas de lluvia o las lágrimas las que empañaron sus ojos amarillos de gato grande, negro y gordo, de gato bueno, de gato noble, de gato de puerto.]
                                                                                             Laufenburg, Selva Negra, 1996
Cattana se quedó dormida.


.......Se despidió el humano.  No repican tocando a duelo las campanas de las iglesias. Sordo es el dolor que hoy sienten nuestros corazones. Tristes y solitarias despedidas. Tus palabras nos acompañarán siempre. Difícilmente abandonarás nuestra memoria. Tampoco olvido al amigo común, el guaje Bonilla, que un día de Semana Negra nos presentó allá en Gijón  hace ya tanto tiempo.


Déjame acabar, Cattana, hablándote en otra lengua a la que siempre preferí  llamar  lusitana antes que lusa ( lazos de sangre vettona nos unen) 

                      LUIS SEPÚLVEDA                 
GOSTO DE TÍ

So voa quem se atreve a fazê-lo


Hoy la orquídea me regaló otra flor.


....................

lunes, 13 de abril de 2020

el tiempo de los membrillos


 Sabia Natura
Que camina sin prisa
Pero sin pausa




Nadie mide el tiempo allá afuera.
Sólo tú y yo 
obsesionados por la brevedad de las flores.


 Allá afuera, junto al pozo blanco,
 corto es el vuelo de las hojas del membrillo.


La vida nos sorprende. 
Nos deja sin tiempo para otras cosas.
No hay tiempo para el aroma de los membrillos
sobre la vieja madera


Yo solo aquí dentro
confinado
 contemplo el tiempo arrancado.
 Deshojado calendario.
Allá afuera todo empieza.
 De nuevo.
 Diferente.




Yaki




¿Cuánto tiempo hace que los cielos te enviaron?

No cuentes a nadie a tu regreso aquí lo visto.

Oculta al oído el cantarino arroyo.

No demos color al frondoso pasto.

Territorio incierto entre tus pupilas y mis manos.

Sácales la lengua.

Que piensen que sólo tratamos con las Musas.






miércoles, 4 de marzo de 2020

Agua que no has de beber, déjala correr.

No nos engañemos


     Ya hacía tiempo que lo sabía.
Primero fue la intuición; una caricia no correspondida, una desgana. Luego llegaron los silencios mensajeros de la desidia y la rutina. Las ausencias prolongadas. La mentira que se coge al vuelo  y se calla a sabiendas de que aplastará  el pecho. Un nudo eterno en la garganta.
    Su vida conyugal ya nada tenía de amena. El desamor instalado en un hogar que para él se había hecho insuficiente.
_Tú no te agobies, hija. Como tuvieras que hacer caso a todo lo que dice la gente…
    Y la vida en común siguió como si nada. Nada.
Bueno, no. Ella también podía engañarle.
    Al menos eso pensaba mientras rellenaba con agua del grifo las botellas vacías del agua mineral favorita de su marido. Eso que se ahorraba. Él nunca supo distinguir.


sábado, 12 de octubre de 2019

La magia está en los libros



A propósito de la pronta exhumación de los restos del dictador Francisco Paulino Hermenegildo Teódulo Franco Bahamonde, abro esta hermosa novela de fantasía por la página 39 y leo……

     _ Hace mucho, mucho tiempo, hace quinientos años o más, en  el crepúsculo de un día de invierno entró en la iglesia vacía un joven con una muchacha que llevaba hojas de hiedra trenzadas en el pelo. Y sólo las piedras vimos cómo la estrangulaba. El joven no fue castigado por su crimen, porque no había más testigos que las piedras. Pasaron los años y cada vez que el hombre entraba en la iglesia y se mezclaba con la congregación, las piedras gritábamos que él era el asesino de la muchacha de las hojas de hiedra trenzadas, mas nadie nos oía. ¡Pero aún no es tarde! ¡Nosotras sabemos dónde está enterrado! ¡Está en el ángulo sur del crucero! ¡Pronto! ¡Traed picos! ¡Traed palas! ¡Levantad las losas! ¡Desenterrad sus huesos! ¡Que sean aplastados con la pala! ¡Despedazad su cráneo arrojándolo contra los pilares! ¡Que también las piedras se cobren su venganza! ¡Aún no es tarde! ¡Aún no es tarde!

Catedral de York

Esta imagen pertenece a www.odisea2008.com
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