lunes, 26 de abril de 2010

Isabel

  Ya recuerdo.

   Te conocí un otoño : El camino de regreso.
   ¡Qué fácil me resulta ahora
   desnudar la mentira o disfrazar la verdad !
   Refugiado en la ensoñación
   me caliento al fuego esta noche de lluvia.

   Ya recuerdo.
   Fue otra noche. De furia . De veneno . De odio . De miserias .
   Rencores antiguos que estallan como cohetes de pueblo.
   Una encerrona de lagartos cobardes en la calleja.
   La repudiada.
   ¡¡ cuánto dolor !!

   
Isabel :
   Bálsamo , bésame.
   Tus labios recorrían mi cuerpo magullado .
   Lamías mis heridas de perro apaleado.
   Me dabas calor .
   Cubrías con tu piel desnuda mi piel dolida.
   Me dejabas correr por tu vientre a esconderme en tu regazo.
   ¡¡ cómo temblaba !!
   Isabel , ¿ duermes? . Calma del alma.


   Ya recuerdo .
   Aquella noche sorprendí una estrella fugaz . Despistada.
   - Si me concedes un deseo te dejaré marchar .
   -¿Qué deseas?
   -La felicidad eterna.
   -Sabes que es más fácil atrapar una estrella despistada
   que ser feliz. Pero puedo darte un instante, un reflejo.
   Junto a ella. En sus brazos.
    Al abrir mis manos para soltarla
   descubrí los dedos impregnados por un
   polvillo gris : eran las alas de una mariposa de luz.

   Ahora recuerdo.
   Despertaste entre mis brazos.
   Junto a ti, en la mesilla de noche, un libro de poemas.
   Antonio Machado. Tu poeta.
   ¿Recuerdas?
   ¡Qué fría y desangelada su pensión de Segovia!
   Tras los tenues visillos corridos de la ventana 
   una muchacha extraña nos observaba .

   
-Gracias por el libro.
   -Gracias a ti por hacer que vuelva a sentirme vivo
   después de tanto tiempo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Páginas