lunes, 26 de octubre de 2015
lunes, 12 de octubre de 2015
tierra y mar
Al norte, un mar que apareció sin fondo por primera vez en mi retina inundándome de asombro.
El primer plano es la imagen del regreso sereno al olor del pasto seco y al sonido de esquilas de mi infancia.
Desde entonces soy salitre en la boca y noche estrellada.
viernes, 9 de octubre de 2015
La sementera. LUIS CHAMIZO
«Cacho e tierra que tienes entrañas
que
moldean la entraña del pueblo.
Cacho e tierra que ordeñas y endulzas
y cuajas el agrio süor del labriego:
Yo te traigo la güena simiente,
la flor del granero:
trigo rubio, más rubio que el oro
que d'América trajo el agüelo;
trigo rubio que en pan convirtiera
la Jambre, si Amor no anduviera por medio.
Cacho e tierra que ordeñas y endulzas
y cuajas el agrio süor del labriego:
Yo te traigo la güena simiente,
la flor del granero:
trigo rubio, más rubio que el oro
que d'América trajo el agüelo;
trigo rubio que en pan convirtiera
la Jambre, si Amor no anduviera por medio.
Ten allá. Y en la paz de tus surcos,
y al calor maternal de tus senos,
que brote, que brote. Que tallos lustrosos
saluden, airosos, al paso del viento,
mostrando gozosos hermosas espigas,
Y aluego
cuando al sol el jocino relumbre
terrible, siniestro,
que humildes agachen sus testas de oro
como sí el jocino les pidiera un beso.
y al calor maternal de tus senos,
que brote, que brote. Que tallos lustrosos
saluden, airosos, al paso del viento,
mostrando gozosos hermosas espigas,
Y aluego
cuando al sol el jocino relumbre
terrible, siniestro,
que humildes agachen sus testas de oro
como sí el jocino les pidiera un beso.
Cacho e tierra que tienes
entrañas
que moldean la entraña del pueblo:
Dios te salve de grama y cenizo,
Dios te salve de la ira del trueno,
Dios te salve del hombre sin nombre
que trunca, cobarde y brutal, tus empreños;
Dios te salve de hechizo de bruja,
Dios te salve del ala del cuervo,
que trueca en negrillo la espiga que toca
¡Dios te salve y te dé buen tempero!»
que moldean la entraña del pueblo:
Dios te salve de grama y cenizo,
Dios te salve de la ira del trueno,
Dios te salve del hombre sin nombre
que trunca, cobarde y brutal, tus empreños;
Dios te salve de hechizo de bruja,
Dios te salve del ala del cuervo,
que trueca en negrillo la espiga que toca
¡Dios te salve y te dé buen tempero!»
martes, 6 de octubre de 2015
Intemperie
Se desplazaban sobre el suelo pedregoso a un ritmo tan lento que ni tan siquiera levantaban polvo.
Allí por donde pasaban, los restos de surcos y eras les hablaban de desolación.
Besanas lavadas [...] Huertas viejas como tablas de lavar y pedernales desprendidos de los trillos con sus bordes afilados y su aspecto ceroso.
Caminó sobre los terrones duros en busca del burro, que pacía sobre recuerdos de viejos surcos.
Vestigios de que alguien estuvo allí antes que ellos intentando arrancarle al llano algo que seguía guardando con celo.
Intemperie. Jesús Carrasco.
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