lunes, 12 de octubre de 2015

tierra y mar



La línea del horizonte parte en dos mi emigrado corazón.
Al norte, un mar que apareció sin fondo por primera vez en mi retina inundándome de asombro.
El primer plano es la imagen del regreso sereno al olor del pasto seco y al sonido de esquilas de mi infancia.
Desde entonces soy salitre en la boca y noche estrellada.



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