martes, 12 de diciembre de 2017
miércoles, 6 de diciembre de 2017
viernes, 1 de diciembre de 2017
la radio de piedra
Juan Herrera
AdN Alianza de Novelas
AdN Alianza de Novelas
Si os pica la curiosidad no dudéis en leer esta novela porque os vais
a llevar una agradable sorpresa con esta
joyita literaria que, sin grandes alardes
estilísticos y de lenguaje llano pero
fino y sutil, es capaz de convertir la
tristeza en belleza y de hacernos reir sin pretenderlo porque no está exenta de
crítica social.
Aquí van unas cuantas frases de las muchas que te puedes
encontrar leyendo
la radio de piedra:
“La radio era la onza de
chocolate del áspero bocadillo de los pobres”
“fue un mes de julio tan insoportable que para entretener a las moscas
alguien organizó una guerra”
“En las guerras los niños o lo
pasan muy mal o lo pasan muy bien. No hay término medio. Cuando no los
matan ni los bombardean ni los dejan huérfanos lo pasan bien. En las guerras los
mayores les dejan en paz porque están demasiado ocupados pasando miedo”
“Un juez, incluso el más corrupto, tratará siempre de mantener las
formas. En eso, los jueces y las fajas de las señoras se parecen mucho”.
La radio de piedra
es una bella historia contada con ternura. Más contada que escrita porque toda
ella es un homenaje a la comunicación oral. Fácil de leer.
Desfilan por la novela una serie de personajes de pueblo que pronto haremos nuestros porque son reconocibles;
el alcalde, el nuevo cura, el inventor de el
arradio, el poeta, las beatas, las hermanas Lombrices, su padre el tío
Lombriz peón caminero, El ciego Dimas, Abelito el mendigo tonto, Petra, la urraca de la tía Dorotea, el
sacristán….
Habitantes de un pequeño pueblo
al que la guerra civil solo llega de refilón porque no permiten que se
les acerque más de la cuenta. Se juntan alrededor de la única radio del pueblo
para escuchar por boca de el Águila lo que sucede en el frente. Pasa el tiempo. Un
contingente de alemanes que ayudan a Franco se establece cerca del pueblo y
algo cambia.
Se lee de un tirón y
he disfrutado mucho leyéndola. Por eso os la recomiendo.
¡Ah, sí! Su autor es Juan Herrera, toledano que a lo largo
de su vida ha tocado muchos palos: dibujo, humor, circo, flamenco, radio,
televisión, publicidad, guionista. Éxitos televisivos como Humor amarillo y el hormiguero son programas que le pueden reconocer su buen
hacer en este campo. Esta es su primera novela y no está nada pero nada mal.
No sé por qué me da la impresión de que pronto veremos La radio de Piedra convertida en una
serie televisiva al estilo de aquellas famosas Crónicas de un Pueblo que en la nostálgica infancia de un maqueto
como yo me acercaban a mis orígenes, mis raíces, mi pueblo lejano, mi Aldea.
viernes, 17 de noviembre de 2017
jueves, 2 de noviembre de 2017
miércoles, 1 de noviembre de 2017
La mantis religiosa
Mi mirada cansada retrocedió desde el bosque azulado por el sol hasta la mantis religiosa que permanecía inmóvil a 50 cm. de mis ojos.
Yo estaba tendido sobre las piedras calientes de la orilla del Chanchamayo y ella seguía allí, inclinada, las manos contritas, confiando excesivamente en su imitación de ramita o palito seco.
Quise atraparla, demostrarle que un ojo siempre nos descubre, pero se desintegró entre mis dedos como una fina y quebradiza cáscara.
Una enciclopedia casual me explica ahora que yo había destruido a un macho vacío.
La enciclopedia refiere sin asombro que la historia fue así: el macho, en su pequeña piedra, cantando y meneándose, llamando a la hembra y la hembra ya estaba aparecida a su lado,
acaso demasiado presta y dispuesta.
Duradero es el coito de las mantis. En el beso ella desliza una larga lengua tubular hasta el estómago de él y por la lengua le gotea una saliva cáustica, un ácido, que va licuándole los órganos y el tejido del más distante vericueto interno, mientras le hace gozo, y mientras le hace gozo la lengua lo absorbe, repasando la extrema gota de sustancia del pie o del seso, y el macho continúa así de la suprema esquizofrenia de la cópula a la muerte.Y ya viéndolo cáscara, ella vuela, su lengua otra vez lengüita.
Las enciclopedias no conjeturan. Ésta tampoco supone qué última palabra queda fijada para siempre en la boca abierta y muerta del macho.
Nosotros no debemos negar la posibilidad de una palabra de agradecimiento.
El huso de la palabra, José Watanabe.
lunes, 25 de septiembre de 2017
martes, 22 de agosto de 2017
lunes, 7 de agosto de 2017
Luminosa mañana.
- Otro año más que recoges el
fruto a tu melocotonero, padre. No te quejes. Date
prisa y no los tientes tanto que nos va a dar San Bartolo y no hemos acabao.
-Déjame que saboree el momento, hijo. A ti también se te acabarán las
prisas algún día.
Si ella los pudiera ver!
Si ella los pudiera ver!
-Nos está viendo, padre; nunca
nos quita ojo.
-¿Y ahora qué? ¿mermelada, en
almíbar, orejones?
- Estos los meto en el Renault 4 y mañana martes los estoy vendiendo a
los paisanos en el mercado de Bermeo, que los tengo tupíos de queso, chorizos y
aceitunas.
-¡Sí, ya quisieras tú!
- Bai ¡Qué tiempos aquellos! Los
tocaos para los guarros de Israel y ponme unos cuantos de los más bonitos en
esa cuba que se los voy a llevar a Goya, la vecina.
sábado, 25 de marzo de 2017
Ya no nieva como antaño.
LECCIÓN DE PÁJAROS
Nevaba cinco o seis veces al año. Pero era de verdad, y los prados, las casas y los árboles amanecían cubiertos del color blanco que cegaba a los caballos. Éstos rompían con sus cascos la nieve, en busca de un poco de hierba sepultada, o golpeaban con el hocico las ramas, y morían después de comer las hojas de los tejos. Los pájaros, hambrientos, les despedían con un réquiem muy delgado.
Veíamos el vuelo desorientado de los petirrojos y tordos, hasta que descubrían la abertura de la vivienda. Entraban en aquel túnel y caían a un desierto de oro: el suelo del desván cubierto de mazorcas de maíz.
Algunas aves llegaban sin energía para comer los granos sobre los que enseguida se desplomaban. Yo, niño pequeño, apretaba con fuerza sus bultos para fundir los hielos de la muerte, y descendía rápidamente a la habitación donde una cocina de leña caldeaba los cuerpos de mi familia. Colocaba los pájaros cerca del horno. Ardían unos troncos de manzanos y cerezos sobre los que esos pájaros cantaron el verano anterior. Los árboles cortados por el hacha de mi padre agradecían con el calor los cantos que aliviaron su vejez.
Esta fue la primera enseñanza. Vi pronto la sombra, aunque blanca, y el vuelo frágil que quería esquivarla.
F. Javier Irazoki.
(Del libro Los hombres intermitentes. Hiperión, 2006)
viernes, 24 de febrero de 2017
Coplas de Carnaval
Es tiempo de carnestolendas. Los mozos y mozas rebuscan en los baúles. Los jurramachos pronto están preparados. Los sencillos y coloridos disfraces de carnaval se darán de la mano con las chambras, las polleras, los refajos y abalorios. La alegría y el jolgorio de las cuadrillas espantará las penas y desencuentros de todo el pueblo aldeano.
Aldeacentenera es rica en folklore carnavalero. Aquí dejo a la posteridad, liberada del olvido, una recopilación de nuestras coplas de Carnaval. Son hermosas; hacen honor a la belleza y buena planta de la mujer aldeana. Porque son las mujeres las protagonistas principales de nuestros carnavales. Ellas las cantaban en las cañadas, callejas y plazas aldeanas acompañadas de la sonoridad de panderos, castañuelas, almireces y sonajas. Los mozos y mozas bailaban estas jotas haciendo del Martes de Carnaval un día para el recuerdo en la vida del pueblo de Aldeacentenera por la alegría y el jolgorio derrochado. Tiempo de diversión. Música y letras con pinceladas de burla sana y siempre bien encajada.
La recopilación se clasifica en dos partes del mismo cuerpo. Cada una de ellas tiene la misma tonalidad. Pero el cancionero de carnaval es más rico que todo ello. Como toda recopilación que se precie siempre será incompleta. Es seguro que cada año se incorporaban nuevas coplas y el paso del tiempo será el encargado de hacernos ver cuáles son aquellas que por la calidad, ironía pícara y gracejo han superado la criba del olvido y se mantienen en el cancionero popular.
He aquí dos coplas que bien pueden servir de ejemplo de cada una de las partes bien definidas en que se divide este cancionero de Carnaval.
He aquí dos coplas que bien pueden servir de ejemplo de cada una de las partes bien definidas en que se divide este cancionero de Carnaval.
PARTE I
Adios carnaval hermoso
la fiesta de las mujeres
la que no le salga novio
que espere al año que viene
ole ole ole ole
que espere al año que viene
PARTE II
Si piensas que por verte
voy al ejío
voy en busca la burra
que se ha perdío
voy al ejío
voy en busca la burra
que se ha perdío
Ni por la mar, ni por la arena
ni por la mar dejaré a mi morena.
Ahora es tiempo de compartir y disfrutar el Carnaval sin dejarnos espantar por la vaca manta o las pantarullas que también andarán sueltas.
Bailad, bailad, muchachitas que se pasa el Carnaval
Luego viene la Cuaresma y no se puede bailar.
Agradezco a nuestros paisanos J. Andrés Solís Íñigo y Andrés Calderón alias "el músico" el esfuerzo por recuperarlas desde un rincón casi escondido de su memoria. Sé muy bien que mientras lo hacíamos pasamos un buen rato. Os recuerdo a ambos. Que la tierra os sea leve. Gracias.
PARTE I
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