viernes, 17 de febrero de 2017

Viajar.

 
 
VIAJAR

Dicen que un viajero sin capacidad de observación es como un pájaro sin alas.
También dicen que dentro de veinte años estarás más decepcionado de las cosas que no hiciste que de las que hiciste. Así que desata amarras y navega alejándote de los puertos conocidos. Aprovecha los vientos alisios en tus velas. Explora. Sueña. Descubre.
Comentan que viajar es una brutalidad. Estás todo el tiempo en desequilibrio. Nada es tuyo excepto lo más esencial: el aire, las horas de descanso, los sueños, el mar, el cielo; todas aquellas cosas que tienden hacia lo eterno o hacia lo que imaginamos como tal.
Hay quien asegura que viajar es un ejercicio con consecuencias fatales para los prejuicios, la intolerancia y la estrechez de mente.
 
 

En algún lugar leí que todos los viajes tienen destinos secretos sobre los que el viajero nada sabe. 
Extasiado y pequeño ante la belleza de un paisaje desconocido escuchaste una voz sabia que decía :“Cuando salgamos del enfrascamiento de nuestro propio ego y escapemos como ardillas de la jaula  para volver nuevamente al bosque, temblaremos de frío y de miedo. Entonces nos pasarán cosas que harán que no sepamos quiénes somos. La vida, fresca y reveladora, se nos adentrará”.
Y al regresar de tu viaje comprobaste que nadie se da cuenta de lo hermoso que es viajar hasta que vuelve a casa y descansa sobre su almohada vieja y conocida.
 
El viaje. Mirador y playa de Torimbia (Asturias) 11 de febrero de 2017.
 


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Páginas